miércoles, 6 de marzo de 2013

PSG - VALENCIA ¿Será posible vencer?

Es difícil, pero no imposible. Si fuera imposible nos quedaríamos en casa, no jugaríamos y nos rendiríamos antes de empezar. Pero son sólo dos goles. Si el Valencia muestra su mejor cara, si el Valencia saca su espíritu histórico y saca su rabia más luchadora debería imponerse en una de esas noches mágicas que hacen valencianismo.

Recordemos los partidazos de esos dos años en los que nos quedamos en las puertas de la Champions, que vuelva a nosotros el espíritu de Mendieta, del Piojo, de Carboni.

Soñar es gratis, ¿Y qué mejor ciudad para soñar que París?

¡Amunt!

lunes, 4 de marzo de 2013

Valencia 2 - Levante 2


Tal vez, como dice Valverde, todo ha sido fruto de la mala suerte. Los tacos de Mathieu no estaban en su sitio, el terreno estaba resbaladizo en ese momento, pero lo cierto es que hubo una jugada desafortunada que acabó con el buen partido que estaba haciendo el Valencia hasta el momento.

Pero no seamos ingenuos, suficiente hizo Mathieu jugando en una posición que no era la suya. Lo raro es que no pasaran más cosas, pero a Valverde le quedaba otra, necesitaba reposicionar a un jugador de la primera plantilla para cubrir las dos bajas o poner a un jugador de filial, con el riesgo de jugar a un ritmo inferior, con la presión de estar en el primer equipo y no era cuestión de arriesgar.

Pero la pregunta que nos hacemos los aficionados es: ¿Por qué un equipo de Champions como el Valencia no tiene, al menos, a dos jugadores por puesto? En un equipo de la categoría del Valencia deberían haber al menos cuatro o cinco jugadores que puedan actuar como centrales si quiere afrontar la temporada de Champions, Liga y Copa con garantías, no se puede confiar en que en algún momento de la temporada no haya dos bajas en ese puesto.

Por lo tanto, ni Valverde ni Mathieu tienen la culpa de lo que ha sucedido en Mestalla. Tal vez fue la providencia, pero no podemos arriesgar tanto reposicionando jugadores cuando haya bajas. En una plantilla bien planficada por Braulio y por Llorente no estaríamos recurriendo a chapuzas de última hora porque tendríamos jugadores de garantías para cubrir el puesto en caso de que haya alguna baja. Pero así es imposible competir en condiciones.

Que dejen vendernos desde la directiva del Valencia que tenemos un equipo competitivo cuando ni siquiera tenemos a cuatro centrales ni a dos interiores derechos auténticos. Los aficionados no somos estúpidos y las mentiras de Llorente ya nos empiezan a oler muy mal. Queremos a gente profesional dirigiendo la economía del Valencia y la planificación del equipo. Todavía estamos echando de menos a Topal, un jugador que podría haber jugado de central contra el Levante y tal vez, esa mínima diferencia, nos hubiese hecho conseguir los tres puntos.

jueves, 28 de febrero de 2013

¿Valencianizar el equipo?


Hace unos días el diario Superdeporte anunciaba en nuevo proyecto de Llorente. "Valencianizar el equipo". Parece ser una iniciativa populista ahora que el presidente está viviendo las horas más bajas en la entidad. De momento Valverde le está salvando el puesto, pero toda la presión que cae sobre el presidente parece insoportable. En un momento turbio en el que no se sabe bien si continuará, con el futuro del club en el aire, con la presión de los gritos grada en su nuca parece ser que quieren simpatizar con el público más chusco del graderío: esos que piden la valencianización del equipo para sentirse más identificados con su club.

Pero las consecuencias de una valencianización no tienen por qué repercutir en una mejora de la calidad de la plantilla. Todos sabemos que tener a un equipo más valenciano no tiene por qué ser sinónimo de calidad y que, a veces, vale más la pena tener a once negros nigerianos que se dejen la piel y corran en el campo que a once valencianos que no lo hagan.

Mal Llorente, que ya no sabe por dónde salir y ya no sabe por dónde ganarse al populacho para justificar su nefasta gestión en el Valencia. Ni aunque el Valencia se clasifique para Champions tendrá el puesto asegurado, todos sabremos que no habrá sido gracias a él.